Después de haber determinado nuestros tiempos como áreas de fragmentación, y hablo de fragmentaciones debidas al estallar las ideologías del siglo veinte y la consecuente caída de la estética relacionada a dichas ideologías, me gusta pensar y creo oportuno, recoger los pedazos de dicha estética y volver a recomponerlos para darles nuevas oportunidades lingüísticas.
No intento con esta actitud acercarme a la idea del reciclaje, que deja patente el carácter de rescate del objeto como contenedor de su pasado, sino a la utilización de estos elementos en el sentido meramente estructural y utilitario.
Despojar el fragmento de su carga sentimental, estructurarlo, cristalizarlo, ocupando el espacio exterior con nuevos objetos que, despacio, crecerán como organismos nuevos caracterizados por su aspecto hiriente e incomodo.
Después de las ideologías no queda otra opción alternativa que la construcción.
Massimo Pisani, Julio 2013